sábado, 7 de febrero de 2015

A una amiga




La palabra amigo es grande, da una sensación de seguridad en todo lo que le rodea. Hace algunos años tuve una gran amiga, tanto así que confundí quizás el cariño con amor, yo lo sentía entonces, lo disfruté, me llené tanto de ella que llegué a dañarla, hice locuras, traspasé los límites, me quedé sin aliento y en mi intento de ser confiable, viable y aceptado, eché a perder una relación que hoy a la luz de los años me doy cuenta hubiese sido una gran amistad. 
Después de más de 25 años llegó el reencuentro, tantas veces buscado y rechazado por quien en una ocasión dañé con tanto  amor sin medir consecuencias, con ella tengo una gran deuda de gratitud, una por enseñarme el dolor de amar sin ser correspondido, otra por sus fuertes enseñanzas a mis chiquilladas y mi falta de tacto, la adolescencia nos hace cometer errores irreparables, a la vuelta de los años el destino nos volvió a juntar de una forma jamás pensada y hoy disfruto de su amistad sincera, limpia, transparente, única, para ella mis mejores intentos de reparar lo sucedido, y las gracias por poder hoy disfrutar y hablar sin tapujos y con las remembranzas del pasado. 
Hoy le regalo esta suerte de intento de poema, que más que eso es una elegía a su encuentro y la época de los buenos intentos, no revelo su identidad por no volver a cometer errores del pasado, ella sabrá disfrutar lo que escribo, se los regalo a todos y les digo, nunca pierdan las esperanzas y aprendan a pedir disculpas.

CONFESIONES


Una vez te amé con locura sin freno,
te dediqué todos mis intentos, mis mejores momentos,
aturdí tanto tus sentimientos, que decidiste cerrar las puertas
y dejarme en estado de coma.
Supliqué, lloré
traté de enseñarte la verdad de mi sentir,
gasté cuanto papel y lápiz se enrredó en mi camino
y solo te lastimé .
Hoy me reencuentro contigo
Y todo vuelve a ser, pero diferente.
Siento una carga inmensa de cariño acumulado,
de palabras amarillas por estar guardadas, sin decir.
Siento que la vida vuelve
y que en este estado de éxtasis
te vuelvo a confiar mis cosas,
te comento mis inquietudes, mis dudas
mis victorias.
Vuelves y llegas disfrazada de melancolía
Tus ropajes se ajustan a la felicidad
y tus atuendos huelen a sinceridad.
Gracias a la vida
por darme la oportunidad de regalarte
nuevos intentos, agasajados de aprecio,
cariño sano y sin reservas.
No temas amiga, todo quedó en el pasado,
disfruta de esta nueva llegada,
de esta nueva era en nuestras vidas
llena de preñados intentos de complicidad y hermandad.
Gracias amiga por regresar, por ser, por estar.