Madre es una
palabra muy grande, ella se ocupa de todas nuestras infinitas necesidades y tratan
de complacer nuestras costumbres, una madre es lo mejor del mundo, dos es la
garantía que nos puede dar la vida, pero
tres es un regalo divino. Yo tengo tres madres, cada una con una esencia
verdadera y capaces en toda la extensión de la palabra, ellas nacieron de la
misma savia y compartieron las misma crianza, supieron extender a todos
nosotros (sus hijos) esa sabiduría adquirida por las viejas enseñanzas, dónde
la familia siempre era lo primero, en nuestros tiempos esta sabiduría no siempre
tiene sus mejores frutos.
Hoy existen familias muy disfuncionales donde prima
el egoísmo y la apatía, dónde de generación
en generación se olvidan de buenas costumbres tan necesarias como es el
compartir familiarmente lo bueno y lo malo, se olvidan que existe un bien común
la hermandad, la solidaridad, la entrega sin esperar nada, en nuestros días la
familia cubana se ha ido desprendiendo del sagrado deber de la unión, muchas caminan
por rumbos diferentes sin la
preocupación de que puede haberle pasado a su otra parte, a su otra mitad, en
mi caso no digo que mi familia es perfecta, pero la mayoría de las que hoy disfruto
siguen con esas costumbres ancestrales de dolerle lo que al prójimo preocupa.
De
estas mujeres obtuve lo mejor, de mi madre Evora la vida, un regalo sin igual,
su alegría y su constante preocupación por los suyos, su rara manera de entregarse
siempre con reservas, de Esther mi tía madre su entrega sin desfallecer por la
crianza de los suyos, sus dulces caseros que siempre me daban mucha alegría, su
alegría sin igual, esa necesidad de siempre tenerme a su lado en las
vacaciones y esa nobleza que solo ella sabe brindar, de Eholia mi mamatia su fuerza y entereza, su carácter
fuerte pero generoso, también su alegría y su complejo de gallina alborotada
cuando uno de nosotros le falta, de las tres su manera única de decir las cosas
sin mediar terceros y sin herir pero de frente y sin tapujos, de las tres el
noble empeño de la unión familiar no siempre alcanzado pero muy luchado, por
eso y por tantas cosas que el sentimiento en este momento no me deja escribir a
estas tres mujeres las adoro y las quiero y ojalá la vida y el tiempo me las
mantenga por mucho tiempo con vida y mucha salud.